Reseña Orígenes, de Mike Cahill

Quiero contaros la historia de los ojos que cambiaron este mundo.

Orígenes, una inteligente reflexión moral, bella, sorprendente, ambiciosa... Impresionante. Te atrapa.

Director: Mike Cahill.

Intérpretes: Michael Pitt, Brit Marling, Astrid Bergès-Frisbey, Steven Yeun, Archie Panjabi, Kashish.

Año: 2014.

Duración: 113 min.

Género: drama, ciencia.

Sinopsis: Ian Gray (Michael Pitt), un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa chica, Sofi (Astrid Bergès-Frisbey) cuyos ojos lo dejan hechizado, y no para hasta volver a dar con ella. Años después, y a raíz de su relación con Sofi, su investigación lo lleva a lo que podría ser un descubrimiento asombroso.

Tuve la oportunidad y el inmenso placer de asistir a la premiere de esta película el viernes pasado, así que aquí os dejo mi reseñita.

Desde siempre ha habido discrepancias entre ciéntificos y teólogos, o aquellos que creen en el más allá, en el mundo espiritual y en que la vida nos depara algo más después de morir. Ciencia y fe, vaya, algo tan dispar como a la vez parecidas, porque ambas buscan pruebas, cada uno a su manera. Desde el trabajo de John Daugman en Cambridge, se han desarrollado sistemas de reconocimiento de iris que son capaces de fotografiar el ojo humano y generar un código único de doce dígitos que se utiliza en aeropuertos y zonas de pasaportes de militares e incluso instituciones privadas, como Google. Lo que Orígenes plantea, partiendo de toda esta metodología y tecnología científica tan fascinante, es más ambiciosa, y la lleva a otro nivel.

Pero no hay que dejarse engañar: la película, claro está, es ciencia ficción, es drama, pero ante todo, trata de la naturaleza pura e infinita del amor. Si se hubiera limitado a un simple esquema basto de conocimientos científicos inteligibles, el film de Mike Cahill, quien maravillosamente ha dirigido y escrito esta cinta, no sería tan asombroso. Orígenes enfrenta de manera muy delicada y profunda estos mundos en un debate moral muy interesante, emotivo, personal y bien narrado. La exploración que hace de principio a fin de lo que es capaz de hacer el amor es precioso, todo desde un punto de vista profundo y curioso que te engancha e invita a pensar, a darle vueltas a cada palabra e imagen a la que estás expuesto. Creo que Cahill ha arriesgado mucho con esta película. Vuelvo a decir que podría haber sido un desastre incomprensible, pero desde que empieza se percibe una pureza, calidez, dulzura e inteligencia sublimes.

Algo por lo que hay que apostar muy fuerte en una película como es esta, una película tan personal y peculiar, es que los personajes te atraigan, te digan algo. Si no lo consiguen, la cinta pierde mucho valor. Origenes tiene el plus de contar con unos actores que han profundizado hasta un nivel altísimo a sus personajes, y por consiguiente, te transmiten. Creo que con otros actores, la película no habría sido tan atractiva. Michael Pitt, que da vida al doctor Ian Grey, es un actor a tener en cuenta, y es algo que creo desde hace mucho. Mucha atención a él en la película. Astrid Bergès-Frisbey se ha currado también su papel, porque ya dijo que desde hacía unos años no había vuelto a hablar en inglés, y eso en la película se nota, lo que le da a su personaje un toque bastante personal (con esto quiero recomendar que veáis esta película si tenéis la oportunidad en versión original; se disfruta mucho más en inglés). Brit Marling repite con quien la dirigiera en Otra Tierra. Creo que es otra actriz a tener muy presente, que congenia con facilidad con la cámara. En resumidas cuentas, el reparto está espectacular, equilibrado a nivel de presentación y atención y muy natural.

Mike Cahill demuestra con su dirección y guión que sabe manejar los hilos de un drama romántico científico de corte independiente complejo a la perfección, algo que puede ser difícil por la cantidad de ideas y elementos con los que ha contado, teniendo en cuenta también que parte de una base científica real y le da su propia visión de futuro. Bravo. Muy destacable tanto la fotografía, con mucha luz y colorido, llena de belleza, como la banda sonora, sencilla y minimalista. Por favor, ni se os ocurra salir de la sala una vez aparezcan los créditos finales; hay una sorpresita al final que te deja con la boca abierta y los pelos de punta. El resultado de todo: una cinta poética, sincera y sobre todo humana que ha sabido manejar un tema tan interesante y profundo como es ese debate moral entre ciencia y fe con un trasfondo romántico puro. Al estar tan bien hecho, montado y presentado, el resultado es encantador, conmovedor y fascinante.

No lo olvides: La atrevida, romántica y lograda temática, una fotografía y música magnéticas y unas interpretaciones muy realistas y conmovedoras.

Olvídalo: No se me ocurre ninguna pega. Me absorbió de principio a fin.

En conclusión: Ejemplo de cómo unos mundos tan dispares como son el científico y el espiritual pueden ser compatibles. Una película emocionante y brillante que equilibra a la perfección el amor y su naturaleza con la intelectualidad.

NOTA: 9'5/10

(Os aconsejo que no veáis el trailer antes de ver la película. Hacedme caso. Si os interesa, id a verla, pero no toméis el trailer como referencia porque le quita toda la magia)

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